Publicado por Patricia M. Vega
Definir y diseñar la estrategia de una empresa supone obtener el logro de los resultados mediante su ejecución. Por este motivo la ejecución, esto es, trasladar a las operaciones del día a día las estrategias definidas, es una de las principales preocupaciones de los directivos. La estrategia por sí sola no es suficiente, es necesario que se transforme en procesos eficientes.
Una mejora de procesos es como un producto nuevo, aportará valor si realiza en tiempo y coste y ayudará a la empresa a ser más competitiva. Mejorar los procesos y la estructura organizativa es algo más que dibujar líneas y cajas, implica definir responsabilidades, engranar las operaciones, alinear al equipo directivo e impulsar una cultura de resultados.
Cada día son más las organizaciones que deciden mejorar la calidad de sus productos y servicios, apuntando a la satisfacción de sus clientes. Sin duda, lograr eso no es una tarea fácil. La competencia es cada vez mayor y los clientes se vuelven más exigentes. En la empresa, es necesario el desarrollo de una cultura orientada a la mejora continua, la sistematización de los procesos, la participación del personal, el trabajo en equipo, la creatividad y la innovación. Ante la necesidad de supervivencia y competitividad, el análisis y la mejora estratégica de los procesos no es opcional, es imprescindible. Incluso podríamos decir que hoy, procesos eficaces y eficientes no aportan una ventaja competitiva, pero, por el contrario el no tenerlos es una gran desventaja.
El Mejoramiento Estratégico de Procesos, nos permite optimizar la operación y gestión de un negocio de una forma ordenada y estratégica porque está orientada a analizar aquellos procesos que son fundamentales para el logro de la estrategia, identificando claramente la interacción de los mismos, su valor agregado y estratégico en el negocio, así como los elementos de gestión necesarios para administrarlos y poder así identificar sus desviaciones oportunamente, con el fin de tomar las acciones correctivas necesarias para optimizar los procesos y orientarlos siempre hacia la estrategia del negocio y la satisfacción continua del cliente.
Las mejoras usualmente tienen que ver con la eliminación de:
§ Cuellos de botella
§ Reprocesos
§ Actividades que no añaden valor
§ Esfuerzos perdidos
§ División del trabajo innecesaria
§ Inconsistencia
Es por ello que esta mejora estratégica de los procesos está orientada a aumentar la productividad, reducir el tiempo de ciclo de los procesos, incrementar la velocidad en el funcionamiento del proceso, buscar la optimización, procesos eficientes y acordes con la estrategia de la empresa, organización enfocada a resultados y alineadas con los objetivos generales y reducción de costos.
Bibliografía:
Krajewski, Lee J. & Ritzman, Larry P. (2000). Administración de Operaciones: Estrategia y Análisis. 5ta Edición. Mexico.
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